Hoy por hoy es imposible vivir ajeno al diluvio sexual que nos invade por todos los medios. La sexualidad nunca ha perdido tanto su erotismo como lo esta haciendo ahora al convertirse en estandarte del neoconsumismo.
Excelente fuente de energía a la que explotar económicamente.
Nota mental: Que la montaña venga a Mahoma.