Un acontecimiento de notable grado de cotidianedad, me llevó a una pregunta que, abriendo la posibilidad de lo absurdo en dicha cuestión, a mi entender, almenos se me presentó como graciosa curiosidad en su naturaleza.
Invito a quien guste a tal iniciativa.
Rompo el hielo y voy a ello:
Estando yo en un parque, miro al cielo y veo varios grupos de aves en vuelo migratorio... de repente, me fijé en el movimiento de sus alas. Claramente describáin un ir y venir de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Y, sin más, me pregunté:
Si las alas se mueven así, no sería lógico que su camino fuera el de ascenso arriba, Cómo es posible que vayan hacia delante?
Y me entró la risa porque, viéndo volar a esas aves, mis ojos percibían lo extrañísimo que se me hacía presenciar como, efectivamente, iban avanzando hacia delante.
Y por ello sentí que no dejaba de ser curioso, a la vez que absurdo, preguntarme algo así. Más, no tan absurdo cuando presenciaba aquel espectaculo tan peculiar.